© Patricia Karina Vergara Sánchez
pakave@hotmail.com


DOCUMENTOS DE PENSAMIENTO LESBOFEMINISTA

Cuando quiero decir lo que miro en mi realidad cotidiana, me busco en un lugar distinto. Yo que hablo una lengua de mujer, nos reconozco, me reconozco en la ovarimonia, en la palabra dada por las mujeres a partir de la experiencia que pasa por nuestras cuerpas y desde nuestros pensamientos y ejercicios reflexivos, aquella que no necesita ser validada desde la lógica y la razón que rigen hoy a un sistema mundo que no es nuestro.


miércoles, 9 de enero de 2019

¿POR QUÉ Y PARA QUÉ LUCHAMOS LAS LESBOFEMINISTAS?

Patricia Karina Vergara Sánchez

pakave@hotmail.com



En mi país, en México, cada tres horas, en promedio, es asesinada una mujer, una anciana o una niña. Los asesinatos cada día son cometidos con más crueldad y con formas de tortura inimaginables. 

Esos ocho asesinatos diarios son sólo el registro oficial de los feminicidios cometidos, aunque hay cifras no oficiales más alarmantes. Aunado a ello, es preciso considerar el padecimiento de otras que sobreviven a los intentos de sus asesinos, y que en numerosas ocasiones quedan con distintos grados de secuelas a partir de la agresión, que van desde el estrés postraumático hasta heridas, lesiones físicas y deformidades permanentes.

Igualmente, hay mujeres diariamente sustraídas para ser víctimas de trata, en México casi 20 mil niñas al año; hay otras padeciendo violaciones dentro y fuera de sus casas; hay quienes reciben múltiples formas de violencia de sus esposos, novios y familiares; todos los días millones de mujeres son acosadas a diario en las calles, los trabajos, las escuelas, en todo sitio.

Esto, por señalar sólo algunas de las formas de violencia cotidiana y actual en contra de las mujeres en general.
Una pregunta constante entre quienes damos cuenta de estos fenómenos de violencia acrecentada contra las mujeres, es el cómo detenerlo. Primero, creo que es importante, para pensar en cómo detener un fenómeno, pensar en cuál es su origen, ¿por qué sucede esto?, ¿cómo llegamos como humanidad a este punto?

Aquí, las reflexiones que hemos hecho colectiva e intergeneracionalmente las lesbianas desde el feminismo, nos permiten explicarnos algunos elementos presentes en casi todos los sistemas de producción que se han construido en el mundo bajo el patriarcado:
1.- Observamos que en cada bebé que al nacer, o en un ultrasonido, se observa que tiene una vulva entre las piernas, se predice socialmente que va a poder ser madre algún día, que tiene la capacidad de parir (presunta capacidad paridora, le llamamos nosotras).

2.- Sobre esa bebé con vulva, de inmediato, se empieza una rígida, constante e interminable educación para que sea todo lo “femenina” que se espera de alguien que dará hijos al mundo. Se le enseña a ser cuidadora, atenta, servicial, a saber cómo atender la mesa, lavar los platos, verse siempre linda, ser agradable… Es decir, se le enseñan todas las labores de cuidado y servicio que ella deberá hacer toda la vida. Independientemente de si estudia o trabaja, la sociedad le exigirá dobles jornadas de trabajo porque toda aquella nacida con vulva debe cumplir una cuota de cuidados y servicios como parte de su papel asignado como mujer en esta sociedad.

3.- Sobre todas las cosas, se le enseñará que su realización como persona estará en ser amada por un hombre, escogida, reconocida por un hombre y, de preferencia, darle hijos a ese hombre y cuidárselos. Así, la vida en interdependencia con los hombres dará lugar a la forma de organización en nuestras sociedades donde el adulto y la adulta producirán y enseñaran a los más pequeños y pequeñas el modo de vivir y de producir y sobre las mujeres se asentará la exigencia de cumplir labores que resolverán las necesidades para mantener-reproducir la vida: comida, limpieza, abrigo y atenciones.

4.- Actualmente, hay variantes en el acceso a la educación, en la cantidad de hombres con los que una mujer se relaciona en su vida, con la elección de tener hijos o no, con la repartición de labores domésticas. Sin embargo, en este año, 2018, en la mayor parte del mundo, se sigue exigiendo a las mujeres el trabajo doméstico y los servicios y cuidados a los otros, con gran sanción social para aquellas que son desobedientes o “egoístas” en la dedicación de su tiempo para servir a los demás.

5.- Todo el trabajo de cuidados y de servicios, realizados por las mujeres, permite funcionar la economía y el tejido social. No hay quien pueda salir a cumplir sus labores de trabajo o de intereses sociales, si no hay lavado, comida preparada y descanso. Como he señalado arriba, la satisfacción de estas necesidades mayoritariamente descansa en los cuerpos de las mujeres. Esto quiere decir que el sistema económico, social y cultural no funciona sin el trabajo gratuito y obligatorio de las mujeres.

6.- Este análisis, principalmente materialista, muestra cómo desde la preparación del nacimiento de aquella que tiene una vulva entre las piernas y se presupone que tiene un útero, se crean todas las condiciones y artificios para educarla en un modo de pensamiento en donde su lugar en el mundo estará dictado en relación con su capacidad de servicio, de cuidado, de procrear y de ser para otros, en las particularidades dictadas por su lugar de clase económica, el color de su piel y el entorno en que se desenvuelve. Esta construcción de trabajadora sin salario y conforme, hasta orgullosa de ese trabajo, es indispensable para que pueda seguir siendo explotada y siendo el pilar del sistema en el que habita.

7.- La consecuencia de esta construcción de las mujeres en una “clase” o “categoría”, algunas hasta la han llamado “casta”, cuyo tiempo, trabajo y capacidades intelectuales son explotados para mantener en funcionamiento los engranajes del sistema, es un desequilibrio de poder tanto económico como simbólico y político, entre otros, que la dejan en desventaja respecto a la clase, categoría o casta que se beneficia de esa explotación, los hombres. Entonces, de forma paralela es explotada, pero menospreciado su trabajo e invisibilizado y, para que este desprecio sea posible, es necesario que sea vista como subalterna, inferiorizada y susceptible de ser utilizada ella misma como objeto y hasta como mercancía, lo cual se vuelve más complejo en un mundo como el que hoy habitamos en donde el capitalismo salvaje nos hace creer que hasta la vida humana puede tener un precio. Es en este lugar donde nuestros cuerpos y vidas se tornan, vendibles, intercambiables, torturables, asesinables y desechables. Es decir, las múltiples formas de explotación de las mujeres, de horror y muerte no son sucesos individuales que les pasan a muchas de nosotras, son parte de un sistema que nos ha hecho ver como natural nuestra explotación y más recientemente trata de naturalizar la venta de nuestros cuerpos, hijas e hijos, vidas, esclavitudes y sufrimiento.

Ante este panorama, algunas mujeres se han planteado disputar el poder. Crear leyes, protocolos, “empoderamientos” en feminización de las empresas o colarse en los sistemas de gobierno. No me detendré ahondando en esta estrategia, sólo traeré al respecto la contundente consigna de Audrey Lorde: “Las herramientas del amo nunca desmontarán la casa del amo”.

Las lesbofeministas, en cambio, lo que planteamos es dar una vuelta de 180 grados a la propuesta civilizatoria contemporánea, a los sistemas económicos, políticos y sociales. Resistir a la opresión sin convertirnos en opresoras. Desobedecer el servicio y la existencia para otros y hacer la gran rebelión: Mirarnos unas a otras y aliarnos entre nosotras. Amarnos entre nosotras. Negarnos a darle nuestro cuerpo, nuestra sexualidad, nuestro afecto, nuestras crías, nuestros servicios y cuidados a la clase que nos ha explotado históricamente y construir, primero, lugares de resistencia y cuidados y acompañamientos recíprocos entre nosotras.

Separarnos del régimen político que nos ha tratado de convencer que somos en complementariedad biológica con el otro, negarnos a la heterosexualidad obligatoria. 

Hay quienes tratan de denostar el proyecto político lesbofeminista, con ridiculizaciones en donde nos mandan a una isla lésbica sin contacto con el mundo. Nuestra apuesta es peor: No dejaremos de existir ni estar en el mundo que nos merecemos y que es nuestro a partir de todo lo que históricamente se nos adeuda, es la clase hoy explotadora la que tendrá que hacerse cargo de su propia existencia sin nuestra servidumbre. Allá verán ellos cómo resolverlo. 
Nosotras tenemos temas más urgentes que atender, como lo que concierne a la conservación del planeta, a la libertad y fortalecimiento de nosotras y de nuestros modos de organizarnos, a la crianza de las niñas en otra munda posible.

Tengo muy poco espacio asignado en esta publicación para compartir en este muy breve resumen del análisis y de la utopía de las “nosotras”. Sin embargo, me gustaría finalizar señalando que la apuesta lesbofeminista tiene apenas algo más de 40 años de existencia -un soplo apenas en las medidas de tiempo histórico- y, sin embargo, somos una poderosa fuerza que interpela, lo cual implica que hay un futuro que estamos sembrando ahora. 
Si eres mujer y te interesa soñar y actuar con nosotras, acércate estamos en permanente resistencia alegre, poderosa y acompañada.

¿Para qué lucha el lesbofeminismo? 

Para hacer posible la rebelión de las esclavas, porque nos queremos vivas y nos queremos libres


*(Tomado de "Lesbofeminismo para qué", publicación lesbofeminista de 2018 que puede ser encontrada gratuitamente en la red")



EN PORTUGUÉS

PORQUE E PARA QUE LUTAMOS AS LESBOFEMINISTAS?

Patricia Karina Vergara Sánchez

(Traducción de Lara Larisa)


Em meu país, no México, cada três horas, em média, é assassinada uma mulher, uma anciã ou uma menina. Os assassinatos cada dia são cometidos com mais crueldade e com formas de tortura inimagináveis.


Esses oito assassinatos diários são só o registro oficial dos feminicídios cometidos, ainda que haja cifras não oficiais mais alarmantes. Aliado a isso, é preciso considerar o padecimento das outras que sobrevivem as tentativas de seus assassinos, e que em numerosas ocasiões ficam com distintos graus de sequelas a partir da agressão, que vão desde o estresse pós-traumático até feridas, lesões físicas e deformidades permanentes.


Igualmente, há mulheres diariamente subtraídas para ser vítimas do tráfico, no México quase 20 mil meninas por ano; há outras padecendo violações dentro e fora de suas casas; há aquelas que recebem múltiplas formas de violência de seus esposos, noivos e familiares. Todos os dias milhares de mulheres são assediadas nas ruas, nos trabalhos, nas escolas, em toda parte.


Isto, para assinalar somente algumas das formas de violência cotidiana e atual contra as mulheres em geral.


Uma pergunta constante entre quem nos damos conta destes fenômenos de violência que aumenta contra as mulheres, que sabemos que não é apenas no México, é como dete-los? Primeiro, creio que é importante, para pensar em como deter um fenômeno, pensar em qual é sua origem, porque acontece isso? Como chegamos como humanidade a este ponto?


Aqui, as reflexões que temos feito coletiva e intergeracionalmente as lésbicas a partir do feminismo, nos permitem explicarmos alguns elementos presentes em quase todos os sistemas de produção que se tem construído no mundo sob o patriarcado:


1) Observamos que em cada bebe que ao nascer, ou no ultrassom, se observa que tem uma vulva entre as pernas, se prediz socialmente que vai poder ser mãe algum dia, que tem a capacidade de parir (eu chamo “presumida capacidade paridora”).


2) Sobre esse bebe com vulva, de imediato, se começa uma rígida, constante e interminável educação para que seja toda a “feminina” que se espera de alguém que dará filhos ao mundo. Se ensina a ela a ser cuidadora, atenta, serviçal, a saber como atender a mesa, lavar os pratos, se ver sempre linda, ser agradável... É dizer, se ensinam a ela todas os labores de cuidado e serviço que ela deverá fazer toda a vida. Independentemente se estuda ou trabalha, a sociedade exigirá duplas jornadas de trabalho porque toda aquela nascida com vulva deve cumprir uma cota de cuidados e serviços como parte de seu papel atribuído como mulher nesta sociedade.


3) Sobre todas as coisas, se ensinará que sua realização como pessoa estará em ser amada por um homem, escolhida, reconhecida por um homem e, de preferencia, lhe dar filhos a esse homem e cuidar deles. Assim, a vida em interdependência com os homens dará lugar a forma de organização em nossas sociedades, onde o adulto e a adulta produzirão e ensinarão aos e às menores o modo de viver e de produzir. Ao mesmo tempo, sobre as mulheres em particular se assentará a exigência de cumprir labores que resolverão as necessidades para manter-reproduzir a vida: comida, limpeza, abrigo e atenções.


4) Atualmente, há variantes no acesso a educação, na quantidade de homens com os que uma mulher se relaciona em sua vida, com a eleição de ter filhos ou não, com a divisão dos trabalhos domésticos. Sem duvida, neste ano, 2018, na maior parte do mundo, segue-se exigindo as mulheres a maior carga de trabalho domestico e de serviços e cuidados aos outros, com grande sanção social para aquelas que são desobedientes ou ‘egoístas’ na dedicação de seu tempo para servir aos demais.


5) Todo o trabalho de cuidados e de serviços, realizados por mulheres, permite funcionar a economia e o tecido social. Não há quem possa sair a cumprir seus labores de trabalho ou de interesses sociais se não houver lavado, comida preparada e descanso. Como assinalei acima, a satisfação dessas necessidades majoritariamente descansa nos corpos das mulheres. Isso quer dizer que o sistema econômico, social e cultural não funciona sem o trabalho gratuito e obrigatório das mulheres.


6) Esta análise mostra como desde a preparação do nascimento daquela que tem uma vulva entre as pernas e se pressupõe que tem um útero, se criam todas as condições e artifícios para educa-la num modo de pensamento onde seu lugar no mundo estará ditado em relação com sua capacidade de serviço, de cuidado, de procriar, de ser para outros e de amar e desejar sexualmente aos homens. Tudo isso condicionado nas particularidades ditadas por seu lugar de classe econômica, a cor da sua pele e o entorno em que se desenvolve. Esta construção de trabalhadora sem salario e conforme, até orgulhosa desse trabalho, é indispensável para que possa seguir sendo explorada e sendo o pilar do sistema no qual habita.


7) A consequência desta construção das mulheres em uma ‘classe’ ou ‘categoria’ – algumas ate a tem chamado ‘casta’, cujo tempo, trabalho e capacidades intelectuais são explorados para manter em funcionamento as engrenagens do sistema – é um desequilíbrio de poder tanto econômico como simbólico e político, entre outros, que a deixam em desvantagem a respeito da classe, categoria ou casta que se beneficia desta exploração, os homens. Então, de forma paralela é explorada, mas menosprezado seu trabalho e invisibilizado e, para que este desprezo seja possível, é necessário que seja vista como subalterna, inferiorizada e suscetível de ser utilizada ela mesma como objeto e ate como mercadoria, a qual se volta mais complexa num mundo como o que hoje habitamos onde o capitalismo selvagem nos faz crer que até a vida humana pode ter um preço. Neste lugar onde nossos corpos e vidas se tornam, vendíveis, intercambiáveis, torturáveis, assassináveis e descartáveis. É dizer, as múltiplas formas de exploração das mulheres, de horror e morte, não são sucessos individuais que passam a muitas de nós, são parte de um sistema que nos tem feito ver como natural nossa exploração e que constantemente trata de naturalizar a venda de nossos corpos, filhas e filhos, vidas, escravidões e sofrimento.

Diante desse panorama, algumas mulheres se te levantado a disputar o poder. Criar leis, protocolos, “empoderamentos” na feminização das empresas ou colar-se nos sistemas de governo. Não me deterei abordando esta estratégia, somente trarei a respeito a contundente expressão de Audre Lorde: ‘as ferramentas do senhor nunca desmontarão a casa do senhor’.


As lesbofeministas, em diferença, o que levantamos é dar uma volta de 180 graus a proposta civilizatória contemporânea, aos sistemas econômicos, políticos e sociais.


Resistir a opressão sem converter-nos em opressoras. Desobedecer o serviço e a existência para outros e fazer a grande rebelião: olharmos umas as outras e aliar-nos entre nos mesmas. Negar-nos a dar-lhes nosso corpo, nossa sexualidade, nosso afeto, nossas crias, nossos serviços e cuidados a classe que nos tem explorado historicamente e construir, primeiro, lugares de resistência e cuidados e acompanhamentos recíprocos entre nós mesmas.


Ser ‘separatistas’ é separar-nos, desemaranhar-nos do regime politico que nos tem tratado de convencer que somos em complementaridade biológica com o outro, negar-nos a heterossexualidade obrigatória.


Há quem trate de insultar o projeto politico lesbofeminista, com ridicularizações onde nos mandam a uma ilha lésbica sem contato com o mundo. Nossa aposta é pior do que isso, muito pior: Não deixaremos de existir nem estar no mundo que merecemos e que é nosso a partir de tudo o que historicamente nos é devido, é a classe hoje exploradora que terá que dar conta de sua própria existência sem nossa servidão. Lá verão eles como resolve-lo.


Nos temos temas mais urgentes que atender, como o que concerne a conservação do planeta, a liberdade e fortalecimento de nós mesmas e de nossos modos de organizarmos, a criança das meninas em uma outra munda possível.

Tenho muito pouco espaço atribuído nesta publicação para compartilhar neste muito breve resumo da analise e da utopia de nos mesmas. Sem duvida, gostaria de finalizar assinalando que a aposta lesbofeminista tem apenas algo mais de 40 anos de existência – um sopro apenas nas medidas do tempo histórico – e, sem duvida, somos uma poderosa força que interpela, o que implica que há um futuro que estamos semeando agora.

Se é mulher e te interessa sonhar e atuar conosco, aproxima-te, estamos em resistência permanente, alegre, poderosa e acompanhada.

Para que luta o lesbofeminismo?

Para fazer possível a grande revolução indispensável nesta era, porque nos queremos vivas e nos queremos livres ▼



No hay comentarios:

Publicar un comentario